COMUNICACIÓN COMUNITARIA: Un desafío para la organización de l@s trabajador@s

La comunicación es una práctica cotidiana que propende al equilibrio e interrelación de las personas, y entre las personas con la naturaleza; y no -exclusivamente- a la dimensión persuasivo-hegemónica de la comunicación (emisor-> mensaje -> canal -> receptor -> efecto), cuyo fin último es instalar significados y símbolos en un otro, negando para ello la dimensión humana intrínseca de esta relación social: contra hegemónica y, aunque complementaria, crítica de la también denominada comunicación vertical.

En comunidades complejas, sociedades, la comunicación está presente en todos los ámbitos, pues es constitutivo de la cultura y como una fibra resistente enhebra el entramado de relaciones humanas -a la humanidad- y canaliza experiencias en el plano afectivo, laboral, político, espiritual, social; en el amplio e inagotable sistema de ideas que conforma o puede conformar el sentido común.

No obstante, la comunicación, en tanto ideología, ha sido estudiada desde Aristóteles en el s.IV a.c., y profusamente por la escuelas imperialistas (norteamericanas y europeas) en período de posguerra, con el objetivo de persuadir: imponer su ideología burguesa y hacerla común; de sentido común para los subalternos o dominados.  Así, primero a través de la retórica y, luego, por medio de la información en los medios masivos y transnacionales de comunicación, la comunicación se perfeccionó como dispositivo de control utilizado por la clase dominante.

En el trabajo contemporáneo o capitalista, la comunicación es utilizada como mecanismo explotación y precarización laboral. Lo anterior, explicado desde diversos enfoques y, particularmente, a través de una detallista estrategia de Imagen relacionadadistorsión comunicativa (Dejours, 2009) que basa la artimaña en la negación de la humanidad propia de la experiencia trabajo (lo real del trabajo; con fracasos, desgaste y resistencia psíquica incluida), para luego imponer un relato basado en la propaganda, el cliente externo y el éxito de la marca.

En este proceso, la comunicación sufre el mismo efecto de distorsión y, negando la comunicación horizontal y humana; se instalan protocolos y relaciones comunicativas que tienden a éxito personal, cumplimiento de metas y al silencio respecto del otro, ahora visto como competencia en un “mercado del trabajo” cada vez más saturado y externalizado. En ese sentido, la relación comunicativa de las y los trabajadores tiende a reproducirse no sólo entre pares, sino que también con los usuarios y/o clientes; de allí que el “buen servicio”, la “atención al cliente” y las oficinas de “recursos humanos” se hayan constituido en elementos clave para las corporaciones transnacionales, en tanto lema y parte de la propaganda denunciada como estrategia de distorsión al servicio del mercado.

Es por lo anterior que se hace urgente disputar desde la clase que vive de su trabajo, también, los medios de comunicación.  Para ello se sugiere sintonizar medios libres, comunitarios y populares -como quiera que se les llame-, a fin de informarse y compartir experiencias que jamás se transmitirán por los medios hegemónicos (de la clase dominante).

Al mismo tiempo, se torna un deber que las organizaciones sindicales y movimientos sociales dispongan de sus plataformas  comunicacionales y creen nuevos medios de comunicación, al servicio de pequeñas comunidades, como lo son las y los trabajadores, sus familias y su medioambiente.  Programas propios en radios y canales de televisión comunitaria y local; fomento a proyectos comunicativos en desarrollo; vincularse con medios populares -abajo sugeridos-; apagar la tele y las radios «independientes de verdad»; son algunas de las acciones concretas que el Movimiento de Trabajadoras/es y Movimiento Sindical pueden efectuar.

AHORA ES CUANDO, LA DISPUTA ES AHORA O NO SERÁ; Y LA DISPUTA TAMBIÉN CONSISTE EN APROPIARSE DE LA COMUNICACIÓN, EXPANDIRLA Y DEMOCRATIZARLA, CON MIRAS A CREAR LAS INSTITUCIONES QUE EL PUEBLO SE DÉ Y SE MEREZCA.  LUIS EMILIO RECABARREN Y ANTONIO GRAMSCI VIVEN EN LA ACCIÓN DIRECTA